lunes, 13 de julio de 2009

Poema de terror madrileño


En la capital de España
hoy yo les quiero narrar
un suceso muy horrendo
que muchos no olvidarán.

Allí en la estación de Atocha
empezó la mortandad
Alkaeda es tan perversa
puso una trampa mortal
y quedaron muchos cuerpos
que no lo pueden contar.

Allí se armó un alboroto,
nadie lo pudo aplacar
venían las ambulancias
rápidas para ayudar
y recogían los cuerpos
dispuestos al hospital.

Otros más necesitaban
la caja y el funeral
el día once de marzo,
ese día ninguno lo olvidará
pues allí en Santa Eugenia
otra explosión sonará.

Con el mismo resultado
cuerpos rotos, esparcidos,
nadie los puede sacar;
incrustados en los hierros
estos descansan en paz.

Ahora viene el tercero
otra estación del final
el Pozo del tío Raimundo
aquí acabó todo muy mal.

A las siete y cuarto era
cuando lo pasan fatal
todos los trabajadores
que marchaban para ganarse el jornal.

También quedan atrapados
por la explosión infernal
y acabando aquí la historia
¿qué más les puedo contar?
que los hombres de Alkaeda,
ellos hicieron el mal.

Y nosotros nos decimos
con ETA ya basta,
que al que cojan se lo lleven
a Siberia allí a picar
y que tenga de descanso
tres minutos nada más.

Y teniendo esa faena
¿tiene ganas de matar?
por ver si recapacitan
y dejan las armas ya.

Así quedará este año
para la posteridad
este año dos mil cuatro
siempre se recordará.

1 comentario:

José Rodriguez Alvarez dijo...

Me han gustado todas, volveré cada hueco para ver todos tus poemas. te felicito