La señora Irene
Y el señor Mariano
Se vieron de cerca
Y se enamoraron.
Ella se sonroja,
De tantos halagos
Y él le insinúa
Que está enamorado.
Se ven y se ríen,
Ya todos los días,
Y los dos amantes,
Contemplan la noche
Y también el día.
Cuando ellos salen
Por las avenidas,
Marchan muy alegres,
Nunca tienen prisa.
Mariano le dice
a Irene un día,
¿Quieres que vayamos
A la sacristía?.
Irene contesta
No vayas deprisa
que tiempo vendrá
Para ir a esa cita.
Transcurrido el tiempo
Mariano la anima
Le dice de nuevo
Vamos a la iglesia
De Santa María.
Iremos si quieres
Si ninguna prisa,
Que en este momento
Estoy indecisa.
Irene Risueño,
Mariano Descalzo,
Se encuentran de frente,
al señor cura rezando.
Y el sacerdote
Aunque está rezando,
Advierte al momento,
Éstos quieren algo.
Se levanta y dice,
De ustedes soy amo,
Decid me qué quieren,
Pronto lo preparo.
Irene, atenta, le dice
Señor, queremos casarnos
Y de usted depende que sea
Ahora o el sábado.
Sin complicaciones
El señor cura les dice
Tenemos que amonestarlos
Traigan me los documentos
El sábado.
A las tres semanas
Vuelven Irene y Mariano,
Y el sacerdote les dice,
Ya están amonestados.
Busquen ustedes padrinos
Y cuando quieran los caso,
Irene y Mariano,
Lo piensan y quedan helados.
No tenemos padres,
Tampoco hay hermanos,
Lo mejor que haremos,
Será bien juntarnos.
Y así lo hizieron
Irene Risueño, Mariano Descalzo,
Vivieron felices y alegres,
Sin estar casados.
Y si alguno hay,
que no lo crea,
Esto es bien cierto
Y claro.
Y el señor Mariano
Se vieron de cerca
Y se enamoraron.
Ella se sonroja,
De tantos halagos
Y él le insinúa
Que está enamorado.
Se ven y se ríen,
Ya todos los días,
Y los dos amantes,
Contemplan la noche
Y también el día.
Cuando ellos salen
Por las avenidas,
Marchan muy alegres,
Nunca tienen prisa.
Mariano le dice
a Irene un día,
¿Quieres que vayamos
A la sacristía?.
Irene contesta
No vayas deprisa
que tiempo vendrá
Para ir a esa cita.
Transcurrido el tiempo
Mariano la anima
Le dice de nuevo
Vamos a la iglesia
De Santa María.
Iremos si quieres
Si ninguna prisa,
Que en este momento
Estoy indecisa.
Irene Risueño,
Mariano Descalzo,
Se encuentran de frente,
al señor cura rezando.
Y el sacerdote
Aunque está rezando,
Advierte al momento,
Éstos quieren algo.
Se levanta y dice,
De ustedes soy amo,
Decid me qué quieren,
Pronto lo preparo.
Irene, atenta, le dice
Señor, queremos casarnos
Y de usted depende que sea
Ahora o el sábado.
Sin complicaciones
El señor cura les dice
Tenemos que amonestarlos
Traigan me los documentos
El sábado.
A las tres semanas
Vuelven Irene y Mariano,
Y el sacerdote les dice,
Ya están amonestados.
Busquen ustedes padrinos
Y cuando quieran los caso,
Irene y Mariano,
Lo piensan y quedan helados.
No tenemos padres,
Tampoco hay hermanos,
Lo mejor que haremos,
Será bien juntarnos.
Y así lo hizieron
Irene Risueño, Mariano Descalzo,
Vivieron felices y alegres,
Sin estar casados.
Y si alguno hay,
que no lo crea,
Esto es bien cierto
Y claro.